lunes, 29 de noviembre de 2010

Actuar educativamente frente a los conflictos

    El conflicto debe ser estudiado de manera cabal, o sea que este estudio debe englobar todas las aristas, llegando al fondo del problema. Por ende, se debe relacionar cada parte responsable y cómo estas partes influyen entre sí. Por ejemplo, la familia, la escuela, los amigos, el trabajo, etc. Influyen en el problema que puede tener una persona y así mismo esta influye en cada uno de los entornos que le rodean. Los conflictos si no son tratados, pueden generar una serie de otros conflictos, debido a que una pequeña situación problemática puede modificar la conducta y la actitud frente a futuras situaciones, originando una gran cadena de momentos caóticos.    

    Se debe trabajar de manera comprensiva y comprometida en los problemas sociales, con la finalidad de solucionarlos o disminuirlos. Para lograr esto último es necesario involucrarse en el interior del problema y generar posibles soluciones. Resulta interesante el progreso que tienen las personas cuando se les ayuda y se le entrega responsabilidades, sin imposiciones ni violencia; cuando son tomados en cuenta y se valora la labor que realizan. La crítica realizada al método del estado para solucionar los conflictos se fundamenta en que la represión sólo aumenta los índices de delincuencia y violencia, lo que nos entrega una gran orientación a la práctica pedagógica.

    La solución de conflictos en el aula se fundamenta, al igual que a nivel estatal, en el castigo o marginación del estudiante que genera el conflicto, pero nunca se piensa en el beneficio de la persona sancionada. El expulsar a un alumno del aula o del establecimiento puede causar mejoría en el ambiente educativo que el niño abandona, pero a él sólo se le acrecienta el conflicto, y a futuro puede provocar graves problemas sociales.
    Es importante considerar al niño y al entorno que probablemente le esté influenciado la actitud conflictiva. Tal vez, los problemas que se presentan en el hogar, desencadenan en conflictos escolares, o la calidad de sus relaciones interpersonales no le permite actuar de manera ideal. El dialogo y comprensión nos facilitará el conocimiento de la situación en cuestión, por lo que podríamos asignarle al niño tareas que le hagan sentirse importante, generar motivación y trabajar en pro de su desarrollo emocional e inter-relacional.

Escrito por Ana Belén Poblete y Valeria Silva.

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