Estos parámetros están relacionados con valorar y educar de manera integra a todo ser humano no importando su condición y género. Cada idea mencionada, plantea supuestos bosquejos idealistas, que en la práctica quedan simplemente como un punto culmine en donde la convivencia se da de manera casi utópica, como si de una historia cinematográfica se tratara. Este pensamiento se funda en la idea de una convivencia en armonía y sin conflicto en donde el respeto y el amor al otro son fundamentales.
Sin embargo, lo anteriormente planteado es una de las tantas aristas que el sistema educacional no ha tomado en cuenta al momento de formular estas políticas y en este caso, los parámetros de convivencia. Otro de los temas en cuestión, es el poco compromiso al momento de plantear estos principios y en la educación en general, siempre se habla de actores educativos como personas externas, involucrados en la lejanía, una contradicción por lo demás ya que, como bien plantea el marco de la política de convivencia, es tarea de todos generar un cambio y contribuir a un mejoramiento de nuestras interrelaciones.

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